
Queridos perdedores

Protesta desnuda

William Blake a 250 años de distancia

Woyzeck y los espectadores desprevenidos


Y es que a veces resulta mejor espectáculo el que nos ofrenda el propio público recién vestido que ignora olímpicamente lo que va a "consumir" durante esa velada.
Esta versión de Bleito extrema el "expresionismo" primigenio concebido por Berg y ubica la acción en un sopor y hedor postindustrial absolutamente descarnado que incomoda y desaloja a los pijos madrileños de la sala.
Bravo por Berg y por Bleito en esta novísima versión de Woyzeck, Wozzeck.
Whatever, pues.
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